[Wayne, Michigan] Los tres grandes fabricantes de automóviles de Estados Unidos, General Motors, Ford y Stellantis, fueron golpeados por una masiva huelga de los Trabajadores Unidos del Automóvil (UAW) el viernes por la mañana. La medida se produjo después de que el sindicato y los fabricantes de automóviles no pudieran solidificar un acuerdo contractual antes de la medianoche del jueves.
Shawn Fain, presidente de la UAW, ya había identificado las plantas de fabricación que se verían afectadas si no se firmaba un acuerdo tentativo. Cuando amaneció el viernes, alrededor de 12,700 trabajadores sindicales de GM en Wentzville, Missouri, Stellantis en Toledo, Ohio, y la planta de Ford en Wayne, Michigan, estaban en huelga.
La singular huelga “en pie” significa que no todos los miembros del sindicato harán huelga simultáneamente.
El presidente Joe Biden, dirigiéndose a la nación desde la Casa Blanca, extendió su apoyo a los huelguistas de la UAW. Destacando las ganancias récord de estos fabricantes de automóviles, Biden enfatizó que estos hitos financieros deberían equivaler a contratos récord para la UAW. “Los trabajadores merecen una parte justa”, declaró Biden, instando a ambas partes a encontrar un terreno común.
En un mensaje apasionado, Fain articuló la huelga como un momento definitorio generacional. “Esto es una lucha por nosotros mismos, nuestras familias y nuestras comunidades”, repitió Fain.
El día anterior a la huelga de trabajadores automotrices en USA, las demandas de la UAW y las ofertas de los fabricantes de automóviles estaban claramente distantes. Mientras que el sindicato buscaba un aumento salarial del 46% en cuatro años, con una semana laboral de 32 horas pagadas a 40 horas, las ofertas de las compañías eran significativamente más bajas. Ford, en un comunicado, expresó su decepción ante los términos de la UAW, calificándolos de “insostenibles”.
Ford Motor Company subrayó su compromiso de asegurar tanto el bienestar de sus empleados como la protección de las inversiones futuras de la empresa.
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