Google, el gigante tecnológico, ha llegado a un acuerdo histórico de $27 millones con empleados que le acusaron de prácticas laborales injustas, estableciendo un récord como el mayor acuerdo de este tipo en California.
La demanda de 2016 marcó el surgimiento del activismo de empleados en la industria tecnológica. Proveniente del despido de un trabajador en Nest, propiedad de Google, que fue despedido por expresar quejas sobre la gestión de la empresa en Facebook.
Este caso poco notado de la NLRB (Junta Nacional de Relaciones Laborales) desencadenó un punto de inflexión en la industria. Otros empleados comenzaron a sentirse más audaces, hablando sobre las condiciones laborales, coincidiendo con el surgimiento de otras denuncias importantes.
La demanda contra Google, aunque resuelto por una cifra récord, se convierte en una victoria moral. La industria tecnológica ha experimentado altibajos en la percepción de los empleados y la reacción a los problemas políticos. Después de una era de activismo, la recesión económica ha influido en la dinámica, llevando a la industria a buscar su equilibrio.
Aunque el acuerdo de Google es un hito financiero, la demanda de Google marca un cambio cultural significativo. La empresa, a lo largo de los años, ha demostrado su capacidad para adaptarse y aprender de los desafíos, buscando un equilibrio entre las demandas de los empleados y la protección de sus intereses.